Después de fabricar varios fusiles de madera con una configuración óptima para las aguas del cantábrico, tocaba pensar en diseñar y fabricar su hermano mayor.
Todo debía ser mayorado, su varilla de 7 mm de grosor frente a los 6.25 de los monogoma, para que sea capaz de absorver la energía aportada por las gomas y no cimbree en la salida; la sección y forma del fuste para obtener la flotabilidad necesaria, la resistencia necesaria y también para minimizar el mayor efecto de retroceso.
El mecanismo de disparo también es más grande capaz de soportar mayor esfuerzo de tracción, ya que el fusil contará con 2 gomas paralelas. Le instalé un carrete adecuado para la captura de piezas mayores.
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